En estos tiempos se hizo tan popular la lámpara de sal del Himalaya,
que se me ocurrió invitarte a hacer la siguiente meditación a la luz de
ella:
Trata de tomarte 15 minutos o más para vos, en un sitio tranquilo y silencioso.
Siéntate en una silla, delante de la lámpara de sal encendida, con la espalda recta.
Lleva tus manos a la postura Gassho colocándolas juntas a la altura del corazón, para centrar nuestra energía.
Mira su luz olvidándote de todo lo que está a tu alrededor, si en algún momento te distraes, vuelve a concentrarte en ella, en su color, mientras vas sintiendo como su luz va entrando en tu cuerpo y en tu mente.
Ahora sí, cierra tus ojos y siente como su calor entra en tu pecho e inunda todo tu corazón.
Trata de tomarte 15 minutos o más para vos, en un sitio tranquilo y silencioso.
Siéntate en una silla, delante de la lámpara de sal encendida, con la espalda recta.
Lleva tus manos a la postura Gassho colocándolas juntas a la altura del corazón, para centrar nuestra energía.
Mira su luz olvidándote de todo lo que está a tu alrededor, si en algún momento te distraes, vuelve a concentrarte en ella, en su color, mientras vas sintiendo como su luz va entrando en tu cuerpo y en tu mente.
Ahora sí, cierra tus ojos y siente como su calor entra en tu pecho e inunda todo tu corazón.