· colores
cálidos
como los rojos, naranja, amarillos, que producen un efecto alegre, vivo y
caluroso siendo estimulantes y activantes de la energía.
· colores
fríos
como los verdes, violetas, azules cuyo efecto es tranquilidad, sedación,
silencio y su exceso es altamente deprimente, inhibe la energía.
En general, ese es el concepto principal, pero hay que tener en cuenta que, en
la persona sobre la que se aplica el color, tiene un triple efecto, a saber:
- Impresiona al que lo recibe
porque el color se ve y llama la atención, generando una percepción a través de
los sentidos, es un proceso sensorial no consiente.
- Construye una emoción dado que
adquiere el valor de un símbolo capaz de transmitir una intención, idea o
deseo.
- Tiene capacidad de expresión
porque al manifestarse expresa un significado provocando una reacción y una
emoción capaz de transmutar el estado de la energía de inmediato, sin hacer
absolutamente nada, así de simple.
Los colores frecuentemente están relacionados con los estados de ánimo, por
ello son muy útiles para combinarlos con la terapéutica de Reiki, para romper
bloqueos y recomponer la energía vital con el equilibrio perfecto.
Dado que la energía universal es inteligente y solo le da lo que la persona
necesita o lo que le hace falta, si armamos un ambiente adecuado para que esto
suceda es mucho mejor para su recepción.
Desde mi punto de vista, al estar en
un lugar ambientado en equilibrio con el orden natural, la energía que genera
hace que la persona esté más receptiva y ello redunda en beneficio de lo que
capta energéticamente durante la sesión.
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