Comienzo
por el principio, hablando de KABALAH, que la van a encontrar escrita de muchas...
maneras distintas como cabala, kabalá, cábala, kabalah, kabala, entre otras. En
realidad no importa la manera de escribirla sino lo que significa: “recibir”.
De este sencillo significado podemos encontrar un profundo secreto, hasta ahora
muy bien guardado que es “enseñarnos a recibir”… y acá surge otra pregunta: ¿A recibir qué?....
Es
muy simple, a mi me quedo muy claro que el propósito de la kabalah es
enseñarnos a recibir Luz Espiritual en nuestras vidas. Esta luz puede estar en
forma de placer, vitalidad, paz interior
, satisfacción, creatividad, salud, plenitud, paz mental, seguridad, control,
felicidad, en definitiva, “TODO LO QUE EL SER HUMANO QUIERA RECIBIR”.
A
lo largo de los meses fui analizando, y para mi sorpresa, encontré una gran
afinidad con el Reiki, que lentamente vamos a ir descubriendo junt@s. Ambas pueden ser practicadas por todas las
personas que así lo deseen, no es para nada difícil ni hay que tener dones
especiales, y a través de la aplicación simple de sus principios, las podemos
incorporar en nuestra vida diaria.
La kabalah es un
cuerpo de conocimiento muy antiguo y contiene las claves los misterios del alma
y del corazón humano. Es un método simple y preciso que investiga y define la
posición del ser humano en el universo. Su
sabiduría nos dice porque existe el hombre, porque nace, porque vive,
cual es su propósito de vida, de donde viene y adonde va cuando completa su
paso en este mundo.
Es otro de los métodos
para alcanzar el “mundo espiritual”. Nos enseña acerca de él, y al estudiarlo, vamos desarrollando un sentido
adicional. Con la ayuda de él podemos establecer contacto con los mundos
superiores. No es un estudio abstracto o teórico, sino por el contrario, muy
práctico.
El ser humano aprende
acerca de sí mismo, quién es y cómo es, como también lo que debe hacer ahora
para cambiar, etapa por etapa, paso a paso. Enfoca su investigación hacia su
propio interior. Toda la experimentación se realiza sobre sí mismo, es por eso
que se la denomina "La
Sabiduría Oculta".
A través de ella, la
persona sufre cambios internos, ocultos a los ojos de los demás, que sólo ella
percibe y conoce. Esta actividad, propia, específica y peculiar ocurre en su
interior, y sólo ella la comprende.
La Kabalah es un
método antiguo y probado, mediante el cual el ser humano puede recibir una
conciencia superior, alcanzando la espiritualidad. Este es su real objetivo en
el mundo. Si alguien siente un deseo y un anhelo de espiritualidad, podrá darle
cauce mediante esta sabiduría
Todos poseemos este
sexto sentido, el sentido espiritual aún dormido, conocido como "el punto
del corazón". La luz que eventualmente habrá de llenarlo todo. La entrada
de la luz en el punto del corazón, que es el alma de la persona, provoca la percepción espiritual.
La Kabalah es un tema apasionante para todo aquel buscador verdadero, para
todo el que bucea en su alma buscando respuestas a su existencia, y por
supuesto que es adecuado para todos los niveles de interés y comprensión.
A través de la kabalah podemos:
- Identificar los sistemas de creencias que nos mantienen estancados y recibir las herramientas para eliminarlos.
- Aprender que la vida tiene un orden y un propósito perfecto.
- Descubrir como la creación afecta nuestras vidas día a día.
- Aprender sobre el origen y la naturaleza del mal y como inmunizarnos contra él.
- Entender que es realmente el amor.
- Perfeccionar el arte de tratar a las personas.
Parte de este informe fue extraído de la página web de Myriam, quien
generosa y desinteresadamente, me autorizo. Gracias por continuar ayudándome a
propagar la LUZ.
Sabemos que el ser humano posee un potencial interior, su propio
maestro, su chispa divina y tanto la kabalah como el Reiki nos ayudan a activar
ese potencial. Ambas traen entendimiento, luz, claridad y eventualmente libertad
a nuestra existencia mundana. No solo se aprenden sino que también se aplican
en la vida diaria trayendo grandes y formidables cambios en nuestra vida.
En cada tema que voy compartiendo contigo, me nace la siguiente
reflexión:
¡hay tanto por hacer,
por aprender y por descubrir…!
Seguimos en contacto.